Miembros de la Mesa de Movilidad presentan su adhesión al Pacto por la Movilidad contemplado en el PMUS

  • La Mesa espera que el gesto no se considere testimonial y se abra por fin la puerta al consenso y la participación
  • Según el PMUS, el Gobierno debe poner en marcha ahora un Foro por la movilidad

Los miembros de la Mesa de la Movilidad Urbana, Sostenible y Universal (Ciudadanos, PSOE, Melilla ConBici, CCOO, UGT, Guelaya, CpM) han firmado hoy el documento de adhesión al Pacto por la Movilidad contemplado en el Plan de Movilidad Urbana y Sostenible promovido por el Gobierno. Este paso permitirá a todos ellos la participación en el Foro por la Movilidad —también contemplado en el PMUS— y tratar con el Gobierno asuntos de esta materia.

Hasta ahora, la Consejería de Coordinación y Medioambiente, junto con la Oficina de Movilidad de la Ciudad Autónoma, gestionaban todas las cuestiones de movilidad en Melilla, con y sin arreglo al actual Plan de Movilidad Urbana. Los miembros de la Mesa que acaban de firmar su adhesión esperan ahora que su presencia no sea una mera formalidad del Gobierno y sirva para trabajar activamente en la aplicación del PMUS y la presentación de propuestas acorde con la voluntad del Plan.

El Pacto por la Movilidad, en su origen, fue una iniciativa de la empresa Contorno. Tras realizar un estudio diagnóstico sobre movilidad en Melilla, Contorno elaboró el texto del Pacto cuyo objetivo era consensuar el plan de Movilidad Urbana Sostenible. Ese PMUS fue aprobado en Çonsejo de Gobierno en 2014, pero el Pacto no llegó a materializarse. Tampoco en 2015, a pesar de estar recogido en el programa electoral del PP.

El principio del acuerdo

La muerte por atropello de un ciclista el pasado 5 de marzo provocó una reacción social que capitalizó en la creación de una Mesa por la Movilidad con agentes sociales, educativos y políticos de la ciudad. Desde entonces, la Mesa ha estado denunciando deficiencias y problemas relacionados con la movilidad sostenible y universal, y reclamando objetivos del PMUS que, a día de hoy, siguen sin cumplirse. Entendemos que la firma del Pacto no despierte de nuevo la necesidad de reclamar lo que ya viene reflejado en el PMUS, entre otras cosas, en materia de participación (grupos de trabajo abiertos, valoración de la opinión pública en los últimos años, jornadas de formación, reuniones sectoriales, etc).

La realidad contemplada en 2014 es muy distinta a la que tenemos hoy, y esperamos que la adhesión al Pacto —a invitación del consejero de Coordinación, Manuel Ángel Quevedo— sirva para replantear la problemática trabajar juntos en el cumplimiento de nuevos objetivos. Esperamos también que todas las entidades implicadas en asuntos de movilidad (diversidad funcional, federaciones deportivas, centros educativos, entidades sociales) aprovechen esta oportunidad para enriquecer el debate y ayuden a resolver este grave problema de seguridad y sostenibilidad en nuestra ciudad.

La Mesa considera fundamental el compromiso por cumplir lo firmado (y recogido en el PMUS), y espera la voluntad del Gobierno para con ello. Melilla es la ciudad con menor porcentaje de uso de medios de transporte sostenibles (caminar, bicicleta y COA), la accidentes de tráfico registra en España según las aseguradoras, la de mayor porcentaje de coches sin pasar la ITV (25%) y la que más fallecidos tiene por accidente de tráfico este año (3) en municipios de menos de 100.000 habitantes.

El proyecto de MetroMinuto no consigue el aprobado

  • El diagnóstico realizado por la Mesa de Movilidad encuentra numerosas carencias que desincentivan el transporte a pie por la ciudad

Hace un mes, la consejería de Coordinación y Medioambiente presentó MetroMinuto, un proyecto para incentivar los desplazamientos a pie con un mapa sinóptico que representa la distancia y el tiempo que un peatón emplea en recorrer los principales trayectos en la ciudad.

Para realizar una valoración personal del recorrido, con las siguientes conclusiones, dos grupos guiados por la Mesa de Movilidad han evaluado dos de las rutas de MetroMinuto utilizando los indicadores que ofrecen los servicios técnicos del Ayuntamiento de Vitoria (ciudad pionera en movilidad) y el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente. Según estos parámetros, nuestras conclusiones son las siguientes:

  1. En el reparto público, se considera bueno o muy bueno que el 75% del espacio público esté dedicado a las personas. En Melilla, más del 50% del espacio público es carretera de las calles del MetroMinuto está reservado a la calzada, lo cual favorece la presencia del vehículo.
  2. La mayoría de las aceras tienen un ancho inferior a 1,5 metros (distancia mínima para garantizar la seguridad y el tránsito), e incluso algunas tienen comprometida su superficie por la presencia de farolas. En la calle Ibáñez Marín, esta sensación se acentúa especialmente. Físicamente, es imposible que transiten dos personas si una de ellas va en silla de ruedas.
  3. Valoramos positivamente la construcción de pasos de peatones elevados en Ibáñez Marín. Esta reivindicación, que ya hizo el grupo Ciudadanos el año pasado, es una demanda vecinal que se remonta a varios años muy necesaria para reducir la peligrosidad, la contaminación y los ruidos.
  4. Un elevado porcentaje de pasos de peatones no tienen rebajes, están mal rebajados o se encuentran en mal estado. Se da la circunstancia, incluso, de algunas aceras construidas con rampas para sillas de ruedas en un lado de la calle y en la otra no.
  5. Las travesías son suficientemente anchas, lo cual es positivo (luz y ventilación); sin embargo, más del 50% de las calles no tiene vegetación. Los únicos árboles que dan buena sombra son los ficus. El confort térmico es bastante precario para desplazamientos largos, sobre todo si son realizados por personas mayores.
    Algunas calles no tienen ninguna actividad comercial, lo que las convierte en tramos menos seguros (sobre todo por la noche) y menos atractivas para el ciudadano.
  6. La densidad del tráfico es elevada y la contaminación ambiental se siente durante el paseo. La contaminación acústica es asignatura pendiente que urge una respuesta contundente por parte de la Administración.
  7. La seguridad del peatón (sobre todo personas mayores y personas con movilidad reducida) se ve comprometida en más de un tramo debido a los suelos de terrazo.
    Las paradas de autobús COA que no tienen marquesina ni lugar de descanso, abrigo o parasol; en algunas aceras, incluso, se han practicado rebajes para que pueda aparcar el autobús.
  8. Falta de limpieza. Existe bastante suciedad en los trayectos, así como excrementos de perro, sobre todo en los descampados.

Para convencer se necesita más que un plano

Si queremos una red peatonal que invite al ciudadano a dejar el coche en casa, es necesario dotarla de elementos que hagan agradable el paseo. La iniciativa MetroMinuto es similar a la que Pontevedra presentó hace unos años con resultados muy positivos como última pieza de una batería de medidas de mayor urgencia: eliminación del tráfico innecesario, instalación de pasos elevados, creación de espacios amables, mobiliario urbano, reducción de la velocidad máxima a 30km/h y de los niveles de contaminación y ruidos.

En nuestra ciudad, sin embargo, el proceso ha sido a la inversa: en primer lugar ha sido la presentación y la fotografía, y después un plan de remodelación, que a día de hoy no forma parte de una estrategia global ni tiene fecha definida de finalización.

Son numerosas las calles de nuestra ciudad que no están adaptadas a las necesidades de la población. Algunos tramos de MetroMinuto no se pueden completar a tiempo debido a la inclinación del terreno o la falta de espacio si el ciudadano es una persona mayor o con movilidad reducida. Además, el excesivo promedio de velocidad y la ausencia de puntos de agua y marquesinas, así como lugares de descanso, aceras anchas, iluminación y sombra, son inconvenientes que dificultan la implantación y la concienciación.

Creemos que MetroMinuto es una herramienta utilísima para fomentar los desplazamientos a pie, pero es necesario dar más perspectiva al proyecto. Para la Mesa, esta política es consecuencia de la improvisación y la falta de estrategia global, y convierte al PMUS en un documento estéril, sometido al capricho político, que no responde a las verdaderas necesidades del ciudadano.

Si no se mejoran las calles pensando en las personas que caminan, sino en el vehículo, en lugar de fomentar el transporte a pie, MetroMinuto solo será un plano y una excusa para hacerse una foto.

¿Está Melilla preparada para el MetroMinuto?

  • La iniciativa, reclamada hace años por Melilla ConBici, es un aliciente para una movilidad sostenible y saludable, pero necesita una red peatonal que garantice su éxito
  • La Mesa por la Movilidad lamenta que Quevedo quiera desacreditar su labor como portavoz de partidos políticos y entidades sociales y profesionales

La Consejería de Coordinación y Medioambiente presentó ayer MetroMinuto, una iniciativa eficaz —ya sugerida en 2014 por Melilla ConBici— para incentivar la movilidad a pie a través de un mapa sinóptico que indica la distancia y el tiempo aproximado necesarios para cubrir trayectos en la ciudad si decidimos dejar el coche aparcado. MetroMinuto se implantó con éxito hace años en Pontevedra dentro del plan DUSI (Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado) y es algo que la Mesa contempla en el Decálogo por la Movilidad en Melilla como medida para promocionar las peatonalizaciones temporales y otros proyectos complementarios.

Si la voluntad del gobierno es pasar de lo anecdótico al éxito e incentivar verdaderamente a los ciudadanos a cambiar el coche por el paseo, debe ofrecer un aliciente atractivo; esto es, una red peatonal que invite a vivir esa experiencia.

Melilla carece de una red peatonal bien construida (aceras anchas y limpias, zonas de plataforma única o peatonales, espacios y paseos de sombra, lugares de descanso,…) y pierde oportunidades en cada obra acometida.

Si analizamos las últimas obras acometidas por la Ciudad Autónoma de reasfaltado de las calles Fernández Cuevas y General Pintos (Tesorillo), Remonta (Hospital Comarcal) y Álvaro de Bazán comprobamos que solo ha servido para mejorar la calzada, pero no son una apuesta firme por la movilidad, la sostenibilidad y la accesibilidad por las razones siguientes.

  1. No se han aprovechado las obras para reducir el espacio de tránsito de vehículos motorizados ni ampliar las aceras y el espacio útil para peatones.
  2. No se han instalado nuevas paradas de transporte público ni han mejorado las ya existentes. El uso de transporte colectivo sigue desincentivado por la falta de información e infraestructuras para el ciudadano.
  3. Se mantienen las mismas barreras arquitectónicas que antes del inicio de las obras, a pesar de las denuncias de CERMI. Melilla sigue sin cumplir la Ley de Accesibilidad, no solo en el pasado, sino en las obras recientes, y los colectivos desfavorecidos (personas con movilidad reducida y diversidad funcional) se ven perjudicados por la ausencia de pasos elevados y medios acústicos y táctiles.
  4. El número de aparcamientos al aire libre se mantiene intacto.
  5. No se fomenta ni incentiva el transporte sostenible con una red segura de tránsito ni aparcamientos para bicicletas.
  6. No se han instalado radares de velocidad —ni hay previsión— a pesar de que la nueva rodadura es un aliciente para superar los límites máximos permitidos. Tampoco se contempla la construcción de pasos elevados en ningún tramo de las calles reasfaltadas.
  7. No se han planificado zonas verdes ni espacios de descanso para los trayectos, con espacios de protección para el sol o puntos de agua potable.

La iniciativa no puede ser sino aplaudida, pero vuelven a repetirse los clásicos problemas a la hora de ponerlo en marcha en Melilla:

  1. Falta de planificación
  2. Ejecución a medias.
  3. Desconocimiento del reparto modal de la movilidad desde la aprobación del PMUS 2014.

Estas carencias se repiten en la mayoría de las calles incluidas en MetroMinuto y suponen un lastre para la movilidad a pie, pero será el tiempo el que ratifique estas conclusiones. MetroMinuto es una herramienta muy potente, pero aplicarlo sin un plan global de movilidad la convierte en una iniciativa efímera.

Hasta el momento, el Gobierno solo ha trabajado de forma aislada primando al vehículo por encima del peatón y penaliza al niño, al anciano y al ciudadano con diversidad funcional, y ese no es el camino que debemos seguir para mejorar la movilidad en nuestra ciudad.

El Gobierno debe dar ejemplo firmando el Pacto

En el día de ayer, el consejero de Coordinación y Medioambiente, intentó desacreditar la labor de la Mesa de Movilidad arguyendo que se trata de una entidad “que no existe” para no sentarse a hablar sobre movilidad. Afirmó también no haber recibido respuesta del portavoz de la Mesa, Javier Bocanegra, a pesar de que fue registrada en la CAM el pasado 21 de julio de 2017.

Los grupos políticos (Ciudadanos, PSOE, CpM, UPyD, Podemos) así como las distintas entidades profesionales y sociales (Melilla ConBici, Guelaya, FAMPA, CCOO, UGT, SATE, EAPN) son organizaciones independientes que decidieron aglutinarse en torno a la Mesa y compartir un mismo discurso. La Mesa de Movilidad actúa como Portavoz de todas ellas por una cuestión de eficiencia a la hora de comunicarse con el Gobierno, y porque creemos que solo con el consenso y el acuerdo entre todas las partes será posible cambiar Melilla.

Hasta ahora, la única entidad que no ha querido formar parte de la Mesa es el Partido Popular, impulsor de un Pacto por la Movilidad que no ha querido firmar. La Mesa está por la labor de firmar el Pacto y poner en marcha un foro con todas las partes para trabajar, pero es el Gobierno quien debe dar ese primer paso, firmarlo y convocarlo. Sin la voluntad del consejero, no será posible abrir ninguna vía de comunicación y trabajo, y la movilidad en Melilla seguirá siendo una cuestión de urgencia que solo una parte no quiere resolver.

Melilla, a la cola en multas y recaudación en el primer trimestre de 2017

Melilla es la ciudad donde la Dirección General de Tráfico impone y cobra menos multas de toda España. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2017 se ha contabilizado un total de 641 infracciones detectadas, de las que se ha obtenido una recaudación de 27.750€.

De seguir esta tendencia, a final de año se habrán registrado solamente 2560 denuncias y recaudado 108.000 euros (aprox), cifras que quedan muy lejos de las previstas por la Ciudad y no ayudan a modificar la conducta de los conductores infractores en la ciudad.

Fuente: La Opinión de Málaga