La movilidad como derecho:
La movilidad no es un lujo, es un reclamo de la sociedad a sus representantes políticos, y una necesidad humana: la de moverse en un medio urbano en Melilla en condiciones de seguridad suficientes que permitan la convivencia y la circulación, así como el acceso a la educación, a servicios sanitarios, a la administración pública o comercios (alimentos, ropa, medicamentos…).
Un modelo inclusivo:
Que incluya a todas las personas mediante un modelo general que respete los principios y derechos recogidos en la Constitución Española y las Declaraciones de Naciones Unidas suscritas por el Estado español, que ampara a todos por igual y prohíbe que ninguna persona sea discriminada por ningún motivo.
Un modelo obsoleto basado en el transporte motorizado
Todas las ciudades, incluidas Melilla, poseen un modelo de movilidad que responde a intereses y necesidades diversas. Los cambios sociales, culturales, ambientales, tecnológicos y económicos que se producen en cualquier sociedad, para bien o para mal, provocan la necesidad de “transformaciones” orientadas hacia la mejora de la calidad de vida de todas las personas, también en el ámbito de la movilidad.
El modelo actual de movilidad de la ciudad de Melilla responde a ideas del siglo pasado según las cuales las sociedades “modernas y desarrolladas” priorizan el coche privado como medio de transporte. Hace unas décadas, la riqueza, el desarrollo y la modernidad se medía en función del número de coches. Consecuencia de ello es que el 58% de las personas de Melilla que se mueven en transporte motorizado (privado 52% o COA 6%) tiene a su disposición el 83% del espacio público mientras que el 42% de las personas que se desplazan por otros medios (a pie, bicicleta) tiene a su disposición el 17% del espacio público.
El actual modelo de movilidad no es sostenible, ni social, ni ambiental ni económicamente. Un nuevo modelo supone un cambio cultural, por lo que necesitamos también un proceso social y no solo político.
Se hace necesario con urgencia modificar el actual modelo de movilidad de Melilla por muchas razones:
- Por motivos de seguridad vial: Nadie debe morir ni ser lesionado por motivos de siniestros de tráfico. Este es un objetivo ineludible e indiscutible.
- Por motivos ambientales: El tráfico motorizado es una de las causas principales de la contaminación atmosférica que agrava el cambio climático, con las enormes consecuencias que ello tiene en la salud de los ciudadanos.
- Por motivos de salud pública: La contaminación atmosférica provocada por el transporte motorizado es la causa de miles de muertes en España. Especial atención merece también la contaminación acústica derivada del tráfico, cuyas consecuencias también son graves para la salud.
- Por motivos de equidad: Porque un nuevo modelo de movilidad debe hacer real la igualdad de las personas en una sociedad inclusiva. Ninguna persona quedará excluida de la Mesa por tener algún tipo de limitación en su movilidad, por edad, por motivos económicos o por motivos de diversidad funcional.
- Por motivos de integración social: El desarrollo de nuevos modelos de movilidad ha puesto de manifiesto la necesidad de integrar socialmente a los barrios periféricos con el centro y todas aquellas zonas que proporcionan y requieren servicios públicos.
- Por motivos demográficos: La esperanza de vida aumenta, la población vive más tiempo, pero debe garantizarse su autonomía física.
- Por motivos culturales: Porque en una sociedad multicultural como la de Melilla es necesario recordar que un cambio de modelo de movilidad es un cambio cultural, y supone un reto para todas las culturas presentes en Melilla, lo que implica un proceso lento y continuo pero, precisamente por ello, urgente.
- Por motivos urbanísticos: Un plan de movilidad sostenible e universal necesita el desarrollo paralelo de un tipo de urbanismo concreto que no provoque alejamiento sino cercanía. El PGOU debe adaptarse a las directrices del PMUS, y no al revés.
- Por motivos económicos: invertir en movilidad sostenible e universal supone un yacimiento de empleo por todas las modificaciones que supone la aplicación de un “Plan de movilidad sostenible”. Apostar por una movilidad sostenible e universal en Melilla es apostar por la creación de puestos de trabajo.
Superar errores anteriores en los procedimientos de participación social y gestión política.
La cuestión de si un cambio de cultura sobre movilidad puede ser impuesta “desde arriba” (ámbito político), o si debe responder a demandas “desde abajo” (ámbito social) ya ha demostrado ser un debate estéril.
El Pacto político por la movilidad no se ha conseguido porque el Plan de Movilidad Urbana y Sostenible de Melilla no se ha presentado a su aprobación en la Asamblea, y la mayoría de las propuestas contempladas en el Pacto que las entidades sociales hicieron en las sesiones de participación fueron rechazadas o no incluidas.
En consecuencia, la Mesa integra a partidos políticos y entidades sociales. Necesitamos un Pacto por la movilidad, tanto social, como político, y no lo tenemos.
Diálogo y transversalidad
Las personas y las entidades sociales tienen suficiente autonomía para indicar cuáles son las cuestiones que podrían mejorar su calidad de vida y necesitan ser representados en el ámbito de la gestión política. Especialmente, en temas de movilidad.
Las personas queremos desplazarnos por la ciudad de forma segura, cómoda, sin atascos, sin contaminación y sin perder el tiempo. Las entidades sociales y las personas son soberanos a la hora de establecer objetivos y finalidades en temas de movilidad, pero la gestión política de esas demandas le corresponde a los partidos políticos con y sin representación en la Asamblea.
Un Plan de Movilidad es un proyecto transversal que afecta a todas las consejerías de la ciudad autónoma, y los fondos para sufragarlo deben venir de todas ellas, por lo que es necesario un esfuerzo político de coordinación que en estos momentos no se está produciendo en materia de movilidad. El análisis de los presupuestos ha cobrado una dimensión técnica tal que resulta imposible saber qué dinero hay y para qué cosa con la información pública existente sobre presupuestos.
El trabajo debe nacer del ámbito local, pero siempre atendiendo a todas aquellas competencias de ámbito estatal como la Seguridad Vial, susceptibles de gestionarse desde el parlamento incluso. La Mesa debe ser un órgano de trabajo para identificar las prioridades y proponer los medios para conseguirlas, siempre trabajando con los partidos políticos, responsables de la gestión de presupuestos, ayudas y subvenciones.
La Mesa debe tomar decisiones ejecutivas
El inmenso trabajo y el enorme esfuerzo que supone desarrollar un proceso de forma consensuada para desarrollar un plan de movilidad sostenible e universal basado en el conocimiento no puede quedar en un resultado meramente consultivo. Es un objetivo de la Mesa por la movilidad conseguir que sus decisiones consensuadas sean ejecutivas.
El Gobierno de la Ciudad debe ser parte activa de la Mesa
No tiene sentido que el partido que gobierna la ciudad no esté presente en la Mesa. El partido en el gobierno de la ciudad no tiene el apoyo de la mayoría de los melillenses, tiene el apoyo de la mayoría de los votantes, pero la movilidad es algo que afecta a todas las personas, incluso a las que no son de Melilla y nos visitan o vienen a trabajar.
No se debe utilizar la movilidad como arma política. Es un derecho de las personas que busca que todos los ciudadanos puedan desplazarse de forma segura, cómoda, saludable e universal.
La Mesa aspira e invita al Gobierno a formar parte de ese cambio. Es necesario que, entre todos, nos pongamos de acuerdo para resolver problemas y satisfacer ambiciones sociales largamente incumplidas. La sociedad lo reclama y la Mesa actúa como herramienta para conseguir todas esas demandas tomando el PMUS como documento técnico de partida.
Modelo abierto en defensa de la movilidad sostenible y universal
La participación en la Mesa está abierta a cualquier formación política o entidad social que quiera incorporarse, siempre que acepten los principios básicos de movilidad sostenible e universal. La Mesa mantendrá un diálogo abierto con entidades que no forman parte de la Mesa, tanto para conocer sus puntos de vistas si son contrarios a los suyos propios como para solicitar asesoramiento técnico.
La Mesa integra la Seguridad Vial en su plan de trabajo
Al igual que en otras ciudades españolas, Melilla precisa de un Plan de Seguridad Vial que la DGT ha promovido para entornos locales, proporcionando metodologías específicas para el desarrollo de los citados planes, que son por otro lado coherentes con el actual proceso de trabajo de la Mesa por la movilidad de Melilla.
Forma parte de los trabajos de la Mesa por la movilidad asumir la seguridad vial como elemento indisociable con la movilidad sostenible. El PMUS no es un Plan de seguridad vial, pero sí una oportunidad como punto de partida que puede ahorrar mucho tiempo.
Al tratarse la seguridad vial de una competencia estatal, los partidos que integran la Mesa por la movilidad pueden gestionar las decisiones en competencias estatales que la Mesa por la movilidad adopte, incluso en sede parlamentaria.